En Toronto, Canadá, el lunes, un hombre que conducía una camioneta blanca a gran velocidad en una calle transitada del centro de la ciudad se desvió hacia la acera en un aparente intento de arremeter contra los peatones, dejando diez personas muertas e hiriendo a otras 15.

La policía afirma que el conductor, Alek Minassian, de 25 años de edad, fue detenido sin que se disparara ningún arma, después de que les dijo a los oficiales que llevaba una pistola y luego gritar “¡Dispárenme en la cabeza!”.

Minassian dejó a su paso un sendero de daño y destrucción de casi un kilómetro y medio. El ministro de Seguridad Pública del gobierno federal de Canadá afirmó que los investigadores siguen buscando el motivo del ataque, pero no considera que el hecho esté relacionado con la “seguridad nacional”.