La Corte Suprema estadounidense asestó un duro golpe a los intentos del presidente Donald Trump para cancelar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, una política que data de la era del ex presidente Barack Obama y que otorga permiso a por lo menos 700.000 jóvenes inmigrantes para vivir y trabajar en Estados Unidos.

La Corte se negó a escuchar una apelación de la Casa Blanca a los fallos de los tribunales inferiores que señalaban que la decisión de Trump de cancelar el programa era inconstitucional.

La decisión que tomó el lunes la Corte Suprema implica que las impugnaciones legales a la cancelación del programa seguirán avanzando en los tribunales. Mientras tanto, los beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia quedarán protegidos de la deportación y se les permitirá continuar renovando su estatus de protección. Sin embargo, esta decisión no resuelve el futuro del programa.

Un grupo de activistas indocumentados se encuentra actualmente haciendo una caminata de 400 kilómetros desde la ciudad de Nueva York hasta Washington DC, con el fin de exigirle al Congreso que apruebe una solución permanente para el programa y proteja a los jóvenes inmigrantes indocumentados.