Kiev, Ucrania En un contexto cada vez más tenso en el conflicto entre Kiev y los separatistas prorrusos, los presidentes de Rusia y Ucrania iniciaron este martes un encuentro que puede decidir “el destino del mundo y Europa”.
“El destino del mundo y de Europa se decide en esta reunión en Minsk”, afirmó el presidente ucraniano Petro Poroshenko tras estrechar la mano del presidente ruso, Vladimir Putin, y antes de iniciarse las conversaciones sobre el conflicto en el este de Ucrania.
Esta reunión, que se celebra en presencia de dirigentes de la Unión Europea, así como de los presidentes de Bielorrusia y Kazajistán, es la primera entre Putin y Poroshenko en casi tres meses.
Horas antes de la entrevista presidencial, Ucrania anunció haber capturado a diez soldados rusos en territorio ucranio.
Una fuente del ministerio ruso de Defensa confirmó la detención de soldados rusos en territorio ucranio, tal y como anunció Kiev, pero afirmó que cruzaron la frontera “por accidente”.
A su vez, la Casa Blanca aseguró que las “incursiones militares” de Rusia en Ucrania constituyen una “escalada significativa” y son “inaceptables, peligrosas e incendiarias”.
Por otra parte, se libraban el martes combates no lejos de la frontera rusa, en el sector costero de Novoazoysk, al sur del feudo insurgente de Donetsk.
Una espesa humareda se elevaba encima de esta localidad de 11 mil habitantes, bajo control de las tropas regulares ucranias, situada al borde del mar de Azov, 12 kilómetros al oeste de la frontera con Rusia, según informaron periodistas de la Afp. En este contexto, el objetivo de la reunión Poroshenko-Putin es intentar rebajar tensiones y evitar una escalada entre Rusia y Ucrania, ambas vecinas exrepúblicas soviéticas hasta la desaparición de la URSS.