EST10584584529c322_0Washington— La Suprema Corte de Estados Unidos recortó el lunes algunas prerrogativas del Gobierno de Barack Obama en materia de política climática, sin por ello cuestionar su poder de regulación en las emisiones de gases de efecto invernadero.

En su veredicto entregado el lunes después de cuatro meses de deliberaciones, la Suprema Corte estimó que la Agencia federal para la protección del Medio Ambiente (EPA) no podía obligar a las centrales térmicas que funcionan con carbón, las refinerías o las plantas químicas a aplicar controles de sus emisiones cuando desean ampliarse o modernizarse, en nombre de la separación de poderes.

“Concluímos que la reescritura de la ley por parte de la EPA no está autorizada”, declaró el juez Antonin Scalia, en nombre de la Suprema Corte. “Una Agencia (gubernamental) no tiene el poder de acomodar la legislación en función de los objetivos de sus políticas burocráticas”, afirmó en la sala de audiencias, al comentar la decisión de la mayoría de los cinco jueces conservadores.

Sin embargo en el segundo capítulo de la decisión, aprobada también por los cuatro jueces progresistas, la más alta jurisdicción reconoce el derecho de la EPA a la hora de establecer criterios nacionales para las emisiones de las nuevas fábricas e industrias manufactureras.

“En virtud de nuestro fallo, la EPA podrá seguir regulando las fuentes responsables del 83 por ciento de las emisiones. Pero para autorizar (una regulación sobre) 3 por ciento adicional, tendríamos que haber concedido un poder a la EPA y a otras agencias gubernamentales” para autorizar su lectura de la ley, añadió Scalia.

La EPA quiere poder regular el 86 por ciento de las emisiones contaminantes de fuentes como fábricas e industrias.

“Reconocer un poder como éste estaría en contradicción con el hecho de que el Congreso, y no el presidente, redacta la ley y socavaría la separación de poderes, crucial en nuestro sistema constitucional de gobernanza”, añadió.

Algunos grupos industriales y estados republicanos como Texas (sur) y Michigan (norte), habían acudido a la Suprema Corte para que invalidara algunas reglamentaciones de la EPA que imponen controles en las emisiones de las fábricas más contaminantes que desean ampliarse o modernizarse. Consideraban estos controles demasiado costosos y complejos.

La decisión de la Corte no afecta el anuncio reciente de la EPA sobre la meta de reducir las emisiones de CO2 de forma drástica en todas las centrales que se alimentan con carbón en 30 por ciento hacia el 2030 en relación a 2005.