PUERTO PRÍNCIPE, Haití —  De acuerdo a la Prensa Asociada, manifestantes prendieron fuego a escombros y pidieron a gritos la renuncia del presidente haitiano Jovenel Moïse el lunes, mientras oposición trataba de atizar la presión para que renuncie. Escuelas, negocios y oficinas públicas cerraron mientras los manifestantes coreaban ”¡Fuera Jovenel!”. “No podemos seguir viviendo así”, dijo Lestin Abelo mientras echaba gasolina a una pila de escombros que prendieron fuego rápidamente. “Tenemos un gobierno que no está haciendo nada por la gente”. Líderes de la oposición en Haití y sus simpatizantes afirman que están enojados por la corrupción pública, la inflación creciente y el desabasto de combustible que ha obligado el cierre de muchas gasolineras en la capital. Los proveedores de gasolina han exigido que el gobierno, que tiene poco dinero en efectivo, les pague los más de 100 millones de dólares que les debe. Los manifestantes también exigen una investigación más profunda sobre las acusaciones de que altos funcionarios del gobierno previo malversaron millones de dólares de un plan petrolero subsidiado por Venezuela que era para financiar programas sociales urgentes. Varias personas han muerto durante las últimas tres semanas a causa de los enfrentamientos políticos. Moïse, quien comenzó su período de cinco años en el 2017, ha dicho que no renunciará pese a la agitación política. En vez de eso, hizo un llamado a la calma, la unidad y el diálogo en un discurso televisado el miércoles a las 2 de la madrugada. Fue una inusual aparición pública por parte del mandatario desde que comenzó la ola de protestas hace tres semanas. En una conferencia de prensa realizada el domingo, líderes de oposición exhortaron a la gente a comenzar a bloquear las calles y ayudarles a encontrar a Moïse, quien supuestamente se halla clandestino. Laurent Dubois, experto en Haití y profesor de la Universidad Duke, opina que el país enfrentará una creciente parálisis a menos que los partidos hallen la manera de encontrar algún tipo de resolución. “Hay mucho temor, mucha ansiedad… de que las cosas en Haití están yendo en una dirección que no hemos visto desde hace mucho”, dijo. “Al parecer estamos pasando a una nueva fase en la historia de Haití, pero será difícil pronosticar el futuro”.