033016-salud-pix-1No te dejes caer por los problemas de tiroides

Lo que debes saber para identificarlo a tiempo

La caída de cabello, aumento de peso y piel seca fueron los síntomas que alertaron a Arelys Osorio a descubrir que tenía un problema de tiroides. “Fui a una endocrinóloga y luego de sonogramas y laboratorios, me recetó una dosis de tratamiento adecuada para mí”, narró la joven, quien fue diagnosticada a sus 22 años.

Aún siguiendo un régimen de tratamiento, confiesa sufrir de cansancio, lo que afecta en gran medida su estilo de vida. “Siempre estoy cansada, sin ganas de hacer nada. Con mi hijo y mis mascotas, esto es un problema”, contó Arelys.

Este escenario es muy común en los pacientes con hipotiroidismo, la enfermedad de tiroides más común en Puerto Rico, a la que le sigue menos frecuentemente el hipertiroidismo, reveló la doctora Gloria Rodríguez, endocrinóloga del Hospital Auxilio Mutuo.

Según la especialista, ambos son padecimientos que reflejan anomalías en el funcionamiento de la glándula tiroides, que se sitúa anterior a la tráquea y se encarga de producir hormonas. Las enfermedades de tiroides se detectan por medio de una prueba de sangre que mide los niveles de hormonas TSH, T3 y T4.

¿Cómo diferenciarlos?

En los diagnósticos de hipertiroidismo, los niveles de estas hormonas incrementan, lo que significa que la glándula está trabajando de más. Por el contrario, en el hipotiroidismo, la glándula trabaja menos.

Es posible que muchos de los síntomas de estas enfermedades sean similares. Sin embargo, existen diferencias clave que un paciente debe conocer para identificar qué tipo de problema le aqueja. “Normalmente, una persona con hipertiroidismo se va a hacer notar mucho más que una con hipotiroidismo”, explicó la doctora Rodríguez.

Y es que los síntomas de hipertiroidismo incluyen palpitaciones, insomnio, diarrea, pérdida de peso, dolor de cuello y algunas veces cuello agrandado. Su presentación es súbita.

De otro lado, las señales del hipotiroidismo son menos aparentes y se van desarrollando poco a poco, como lo fue el caso de Provi Santiago. “No sentía ningún síntoma marcado. Simplemente la doctora me envió a hacerme todos los exámenes de sangre como rutina anual. Tendría como unos 52 años. Los exámenes revelaron que tenía hipotiroidismo”, narró Provi.

¿Existen soluciones?

No hay una cura para estos problemas de tiroides, pero sí métodos para balancear los niveles de hormonas que produce o retiene la glándula. Existe un método de medicina nuclear que consta de yodo radioactivo utilizado en pequeñas dosis para los pacientes con hipertiroidismo, lo que reduce la actividad excesiva de la tiroides. También se pueden tratar con cirugía o pastillas.

Por otro lado, los pacientes con hipotiroidismo, por lo general, reciben tratamiento en forma de píldoras reemplazando la cantidad de hormonas que la tiroides ya no puede producir.

La manera en que estas condiciones impactan el estilo de vida de los pacientes varía en cada caso. A pacientes como Arelys se les hace difícil controlar su peso, mientras que otros como Provi no manifiestan cambios. “La clave —como todo— es mantenerse saludable en cuestión de comida, ejercicios y el tratamiento que se le asigne”, concluyó la doctora Rodríguez.