ROUND ROCK, Texas. El sospechoso de varios ataques con bombas que dejaron dos muertos y cuatro heridos este mes en Austin, Texas, se inmoló con un artefacto explosivo al ser cercado por las autoridades, dijo la policía en la madrugada del miércoles.
Las autoridades habían identificado al sospechoso en las últimas 24 o 36 horas y lo localizaron en un hotel de la carretera Interestatal 35 en Round Rock, un suburbio de la capital de Texas, dijo el jefe de la policía de Austin, Brian Manley, en una conferencia de prensa. La policía esperaba la llegada de vehículos balísticos cuando el coche del sospechoso comenzó a alejarse, agregó. Según el relato del funcionario, siguieron al auto, que se paró en una zanja a un lado de la calzada.
Cuando efectivos de un escuadrón táctico SWAT se acercaron a él, el sospechoso detonó un explosivo dentro del auto, dijo Manley. El estallido derribó a un agente, mientras que otro disparó su arma, añadió.
El sospechoso, que sufrió heridas graves a consecuencia de la explosión, fue abatido. Las autoridades lo identificaron únicamente como un hombre blanco de 24 años.
Según las autoridades es demasiado pronto para determinar si el hombre actuó solo y agregaron que por el momento se desconoce su móvil.
A primera hora del miércoles, el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF por sus siglas en inglés) dijo en Twitter que agentes federales y locales acudieron a la zona de la capital donde se había atrincherado el sospechoso.
El Departamento de la Policía de Austin dijo también en un tuit que estaba trabajando en una balacera con un agente implicado junto a la Interestatal 35.
Los investigadores buscaban a un presunto atacante en serie en Austin desde la primera explosión, registrada el 2 de marzo y en la que falleció un hombre de 39 años. Un joven de 17 años murió y dos mujeres resultaron heridas en dos estallidos separados el 12 de marzo. El pasado domingo, dos hombres de 22 y 23 años sufrieron heridas tras una explosión activada por un cable trampa. Un empleado de un centro de distribución de FedEx fue atendido por un zumbido en los oídos tras la quinta y última explosión registrada el martes.