LANSING, Michigan, — Según la AP, las autoridades electorales de Michigan certificaron el lunes la victoria de Joe Biden en el estado por una diferencia de 154.000 votos, lo que significa un nuevo traspié para el presidente Donald Trump en su futil intento por socavar los resultados de los comicios del 3 de noviembre a través de impugnaciones sin fundamentos y acusaciones infundadas de fraude.
La Junta Electoral del estado, compuesta por dos republicanos y dos demócratas, confirmó los resultados en una votación de 3-0, con una abstención. Aliados de Trump y del derrotado candidato republicano al Senado John James habían exhortado al panel a demorar la votación dos semanas a fin de auditar los sufragios en el bastión demócrata del condado Wayne, donde se ubica Detroit.
De acuerdo con las leyes de Michigan, Biden recibe los 16 votos electorales de la entidad. El triunfo del presidente electo fue por 2,8 puntos porcentuales, un margen más amplio que en otros estados en los que Trump ha impugnado los resultados, como Georgia, Arizona, Wisconsin y Pensilvania.
Algunos aliados de Trump habían expresado esperanza en que los legisladores estatales pudieran intervenir en la selección de electores republicanos en estados en los que no se efectúa una certificación. Ese improbable intento ya no será posible en Michigan.
“El pueblo de Michigan ha hablado. El presidente electo Biden ganó el estado de Michigan por más de 154.000 votos, y será nuestro próximo presidente el 20 de enero”, dijo la gobernadora del estado, la demócrata Gretchen Whitmer, en un comunicado, en el que añadió que “es momento de dejar esta elección atrás”.
El equipo legal de Trump restó importancia a la certificación, diciendo que se trata de “un simple paso procesal”, e insistió en que continuará luchando.
Pero los intentos de Trump por eludir lo inevitable — el reconocimiento formal de su derrota — enfrentan una resistencia cada vez más firme en las cortes y entre los mismos republicanos cuando sólo faltan tres semanas para que el Colegio Electoral se reúna con el fin de certificar el triunfo de Biden. Una y otra vez, las impugnaciones y acusaciones infundadas de conspiración y fraude a gran escala efectuadas por Trump han sido rechazadas conforme los estados prosiguen con la confirmación de sus resultados.
La Junta Electoral de Michigan certificó los resultados a pesar de las exhortaciones de Trump y sus aliados pidiendo a los miembros republicanos que bloquearan la votación para permitir una auditoría de las boletas en el condado Wayne, donde el mandatario ha afirmado sin presentar evidencia que fue víctima de fraude. Biden lo superó ampliamente por más de 330.000 sufragios en la demarcación.
“El deber de la junta es muy claro”, dijo Aaron Van Langevelde, vicepresidente republicano del panel. “Tenemos el deber de certificar esta elección basándonos en estos resultados. Eso está muy claro. Nos limitamos a estos resultados. No voy a argüir que no nos limitamos a ellos”.
Mary Ellen Gurewitz, abogada del Partido Demócrata en el estado, dijo al panel que los ataques en los resultados electorales “son parte de una campaña racista dirigida por el próximamente expresidente Trump a fin de desacreditar a las ciudades del país con amplias poblaciones de raza negra, incluyendo a Detroit, Filadelfia y Milwaukee”.
Trump ha intentado desafiar los resultados de la elección a través de los tribunales, pero al no tener éxito, recurrió a intentar influenciar personalmente a los legisladores locales para convencerlos de ignorar el voto popular y designar electores republicanos, una estrategia que desataría protestas en las calles, de acuerdo con expertos en derecho electoral.