En Siria, los activistas sostienen que el gobierno sigue realizando ataques aéreos y de artillería en el enclave de los rebeldes de Guta Oriental, distrito ubicado en las afueras de Damasco, a pesar de una “pausa” diaria de cinco horas en los combates ordenada por Rusia, el principal partidario del gobierno sirio.

Mientras tanto, el secretario británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, ha expresado su apoyo a los ataques aéreos británicos contra el gobierno sirio, en el caso de que hubiera “pruebas indiscutibles” de que el régimen haya llevado a cabo ataques químicos.

Naciones Unidas y organizaciones de defensa de los derechos humanos, tanto sirias como internacionales, han acusado reiteradamente al régimen sirio de usar armas químicas, una acusación que el gobierno sirio niega.