LONDRES — Según la AP, mientras el mundo se acerca al millón de muertes por el nuevo coronavirus, la crisis de salud se ha ido deteriorando en toda Europa: Gran Bretaña trabaja en la elaboración de nuevas restricciones, España tomó medidas drásticas de nuevo en Madrid y la República Checa sustituyó a su ministro de Sanidad por un epidemiólogo debido a un brote de infecciones.

El creciente impulso para reimponer duras restricciones en Europa para combatir un azote que parecía estar bajo control a principios de año contribuyó a una fuerte caída en Wall Street por la mañana. El promedio industrial del Dow Jones bajó más de 900 puntos, o el 3,4%, y el S&P 500 cayó un 2,6%.

En Gran Bretaña se prevé que el primer ministro Boris Johnson anuncie el martes una ronda de restricciones para frenar la propagación de la enfermedad. El director médico británico Chris Whitty advirtió que los casos se están duplicando cada siete días, y la experiencia en otros países muestra que eso pronto llevará a un aumento en las muertes.

Los directores de salud de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte elevaron el lunes la alerta nacional por COVID-19 de tres a cuatro, el segundo nivel más alto. Más de 4.300 nuevas infecciones fueron reportadas el lunes, un nivel no visto desde principios de mayo.

En Francia, donde las infecciones alcanzaron un récord el fin de semana con más de 13.000 nuevos casos en 24 horas, las autoridades de salud abrieron nuevos centros de pruebas en la región de París para reducir las filas y los retrasos. Italia añadió París y otras partes de Francia a su lista negra de COVID-19, exigiendo a los viajeros de esas regiones muestren que salieron negativos en una prueba de detección o se sometan a pruebas a su llegada.

Y la capital noruega prohibió las reuniones de más de 10 personas en casas particulares después de un aumento en los casos, e instó fuertemente a las personas a usar mascarillas al viajar en transporte público en medio de una huelga de conductores de autobuses que obligó a muchos viajeros a tomar el tranvía.

“La situación en Oslo es grave. Debemos detenerla y tenemos que hacerlo ahora”, dijo el alcalde Raymond Johansen.

En Madrid y sus comunidades vecinas, la policía comenzó a detener a la gente que entraba y salía de los barrios de clase trabajadora que han sido parcialmente cerrados para combatir la propagación de coronavirus.

Las autoridades dijeron que, a partir del miércoles, unos 860.000 residentes deben demostrar que sus viajes fuera de sus barrios están justificados por motivos laborales, de estudio o médicos, o serán multados. Los parques están cerrados, y las tiendas y restaurantes en las zonas afectadas están limitadas a una ocupación del 50%.