Nueva York — Craig Spencer, el doctor de Nueva York que se convirtió en la primera persona diagnosticada con Ébola en esta ciudad, será mañana dado de alta del Centro Hospitalario Bellevue, según informaron hoy personas familiarizadas con su tratamiento.
Spencer, de 33 años, quien había estado en Guinea atendiendo a pacientes con Ébola con la organización Doctores Sin Fronteras, fue llevado de emergencia a Bellevue en ambulancia el pasado 23 de octubre tras reportar a que tenía una fiebre de 100.3 grados a las autoridades. Fue puesto en aislamiento en una sala asegurada, y después de unas horas los análisis de sangre habían confirmado que tenía el virus.
Su caso puso a la ciudad en alerta y se buscó frenéticamente a las personas que habían tenido contacto con Spencer en los días anteriores, cuando fue a jugar boliche, a cenar y viajó en el metro y en taxi.
Ahora que será dado de alta, 19 días después, la evidencia demuestra que cuando la enfermedad es atendida con prontitud en los hospitales de Estados Unidos, el Ébola tiene un menor índice de fatalidad que en los hospitales de campo de África occidental, los cuales están faltos de doctores, enfermeras y equipamiento.
El plan para dar de alta a Spencer no ha sido anunciado públicamente, pero fue confirmado hoy por dos personas familiarizadas con su tratamiento, quienes se rehusaron a ser identificados debido a que no contaban con el permiso para dar a conocer dicha información. Una vocera de Bellevue no respondió a una petición para dar un comentario.
No se sabe si Spencer regresará a su apartamento en Manhattan, donde su prometida, Morgan Dixon, fue puesta en cuarentena. Dos amigos que tuvieron contacto con él en días anteriores a su diagnóstico fueron inicialmente puestos en cuarentena, pero fueron liberados recientemente.
Spencer recibió todo tipo de tratamiento disponible, incluyendo un medicamento experimental y plasma donado por una paciente que se había recuperado de Ébola, Nancy Writebol, una misionera de 59 años que contrajo el virus en Liberia.
La condición de Spencer al principio fue muy seria, pero para la semana pasada, había pedido que le llevaran su banjo y su bicicleta de ejercicios, las primeras señales que apuntaban a que pronto iba a ser dado de alta.