SANTIAGO, Chile —  De acuerdo a la Prensa Asociada, vendedores de frutas y verduras de Chile prepararon el miércoles una gran “porotada” para alimentar con donaciones de sus productos a centenares de necesitados de la barriada pobre de Quilicura, cuyos habitantes formaron largas filas con ollas y platos para recibir la comida aún humeante.

El término proviene de “porotos”, como se denomina en el país sudamericano a las judías o frijoles.

Los feriantes se organizaron tras notar hace algunas semanas que muchos de sus clientes están comprando menos frutas y verduras en las ferias de Quilicura, al noroeste del centro de Santiago.

Los agradecidos comensales se habían inscrito previamente con los organizadores del almuerzo de porotos y zapallo (calabaza), aunque también lo recibieron los que no se habían anotado, entre ellos muchos vendedores callejeros que se encuentran entre los más vulnerables de la población más pobre.

La pandemia del coronavirus llegó a Chile hace casi dos meses y, como en el resto del mundo, afectó con fuerza la economía local, especialmente a los 2,5 millones de asalariados informales y a quienes entregan boletas por sus servicios. En sólo un mes, el desempleo pasó de 700.000 a un millón de personas, que integran una masa laboral de nueves millones.

Los feriantes instalaron carpas en una cancha de fútbol, que dejó de usarse habitualmente tras la pandemia, y empezaron a picar el zapallo y las verduras habituales en la preparación de los porotos, que fueron cocinados en ocho ollas grandes, suficientes para las 1.000 raciones que era la meta del día.

Centenares de personas felices formaron largas filas mientras sostenían ollas o platos en sus manos. Algunos, como vendedores callejeros y ancianos, no esperaron regresar a sus viviendas para almorzar. Se apartaron unos metros y empezaron a degustar la porotada.

Muchos de los comensales esperan que la iniciativa se repita.

Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) afirmó hace una semana que la pandemia dejará 37,7 millones de desempleados, 11,6 millones más que el año anterior, y agregará unos 28,7 millones de pobres, que llevará la tasa de 30,3 a 34,7% entre los 626 millones de latinoamericanos.