Cincinnati y el asesinato de Samuel DuBose
La ciudad de Cincinnati fue escenario de una sorprendente decisión judicial esta semana, que vuelve a centrar la atención en el asesinato de personas de color por parte de la policía. El fiscal del condado de Hamilton, Joseph Deters, anunció que se han presentado formalmente cargos por homicidio contra el agente de policía de la Universidad de Cincinnati Ray Tensing, que el 19 de julio pasado disparó a quemarropa provocando la muerte a Samuel DuBose, un hombre afroestadounidense de 43 años de edad. Tensing detuvo a DuBose porque conducía un vehículo sin placa de matriculación delantera. Como sostuvo el fiscal Deters durante una conferencia de prensa: “No lidiaba con alguien requerido por asesinato. Estaba lidiando con alguien que no llevaba placa de matriculación delantera. Como diríamos en lenguaje coloquial, detenerlo por eso es una estupidez”. En el video grabado por la cámara corporal de Tensing se escucha que el agente pide ver el permiso de conducir de DuBose. Cuando DuBose le dice que no lo tiene, Tensing intenta entonces abrir la puerta del auto de DuBose. Inmediatamente después de esta interacción, entra en pantalla la mano derecha del agente Tensing, apuntando con una pistola hacia la ventana del auto. Disparó una sola vez, directo a la cabeza de DuBose, lo que hizo que el auto, con DuBose ya fallecido al volante, se deslizara calle abajo y se detuviera al chocar contra un poste. Antes de que se dieran a conocer las imágenes captadas por la cámara corporal de Tensing, el agente alegó que su brazo había quedado atrapado en el auto y que había sido arrastrado calle abajo. Otro agente, Phillip Kidd, declaró haber visto lo mismo. El video desmiente claramente su versión. También Kidd debería ser arrestado. Al hacer público el video, el fiscal Deters expresó: “No cabe duda de que se trata de un asesinato”.
Samuel DuBose fue asesinado una semana después de otra detención de tránsito que resultó mortal. En esa oportunidad, en el condado de Waller, Texas, Sandra Bland, de 28 años de edad, también afroestadounidense, fue detenida por Brian Encinia, oficial de la policía estatal de Texas. Encinia afirmó que detuvo el auto de Bland porque no había señalizado un cambio de senda. La cámara ubicada en el tablero del patrullero del oficial también grabó la detención. Encinia le pidió a Bland que apagara su cigarrillo y luego le dijo que bajara del auto. El oficial dijo textualmente: “Le estoy dando una orden legítima. La voy a sacar por la fuerza”. Se puede oír entonces que Bland le dice: “Usted abrió la puerta de mi auto. ¿Y me está amenazando con sacarme por la fuerza de mi auto?”. Encinia le grita: “¡Baje del auto!”. Cuando Bland le responde: “¿Y después me va a agredir?”, Encinia, esgrimiendo una pistola eléctrica, le grita: “¡La voy a encender! ¡Baje ya! ¡Ya!”.
El siguiente video muestra a Bland en el suelo. Se le oye decir: “¡Me golpeó la cabeza contra el suelo!”. Luego le dice a Encinia que sufre de epilepsia. Se oye que el oficial responde: “Bien”. Tres días después de ser arrestada, Sandra Bland fue hallada sin vida en la celda en que se encontraba recluida. La causa oficial de fallecimiento declarada es suicidio. Sin embargo, sus familiares y amigos no creen que haya sido así.
El asesinato de DuBose tuvo lugar casi exactamente un año después del día en que el agente de policía de la ciudad de Nueva York Daniel Pantaleo sujetó a Eric Garner por el cuello hasta causarle la muerte. En un video que capta el momento de la muerte de Garner, se puede oír que dice once veces con la voz entrecortada: “No puedo respirar”. La muerte de Garner fue declarada homicidio, pero el fiscal de distrito de Staten Island, Daniel Donovan, no presentó cargos ni contra Pantaleo ni contra ningún otro agente por su muerte. Posteriormente, el fiscal de distrito Donovan se presentó como candidato al Congreso en una elección especial y ganó.
Tres semanas después de la muerte de Garner en Staten Island, la policía mató al adolescente afroestadounidense Michael Brown en Ferguson, Missouri. No hubo grabación de video de su muerte aquella tarde del sábado 9 de agosto de 2014. Sí existe un video, filmado por un transeúnte, del cuerpo desangrado de Brown, que permaneció tirado sobre el pavimento caliente y al descubierto durante horas. No se presentaron cargos contra el agente de policía de Ferguson Darren Wilson, hecho que suscitó manifestaciones masivas y que significó el comienzo del movimiento Black Lives Matter, “Las vidas de las personas negras importan”, en español.
El fin de semana pasado, más de 1.000 personas se congregaron en Cleveland para un encuentro nacional de organización del movimiento Black Lives Matter. En Cleveland vivía Tamir Rice, el niño de doce años de edad que estaba jugando con una pistola de juguete en un parque público el 21 de noviembre de 2014 cuando una persona llamó al 911 y denunció a la policía que había “un individuo con una pistola” aunque, advirtió, “probablemente es de juguete”. Los agentes de policía de Cleveland Timothy Loehmann y Frank Garmback se acercaron rápidamente al parque en un patrullero de la policía. En cuestión de segundos, Loehmann efectuó al menos dos disparos y mató al niño. Cámaras de seguridad, borrosas y silenciosas, registraron el crimen.
Han salido a la luz informes de que Loehmann fue hallado no apto para el servicio policial hace más dos años, cuando se desempeñaba como agente en Independence, un pequeña ciudad en la periferia de Cleveland. Una carta redactada por un superior suyo de ese momento critica específicamente el desempeño de Loehmann en el entrenamiento con armas de fuego. La carta refiere: “No podría seguir indicaciones básicas… su habilidad en el uso de armas cortas es pésima”. En 2014, la ciudad de Cleveland pagó 100.000 dólares por el acuerdo alcanzado en un caso de uso excesivo de la fuerza contra el otro agente, Frank Garmback. En junio, el juez municipal de Cleveland Ronald Adrine afirmó que existen fundamentos para procesar a los agentes. Entonces, ¿por qué no se presentaron cargos contra Loehmann ni Garmback?
Cincinnati es un comienzo. Cleveland debería prestar atención. Puede ser que empiece a hacerse justicia, que por fin los responsables de estos actos rindan cuentas. Como las mil personas que se reunieron allí el fin de semana pasado lo dijeron claramente: las vidas de las personas negras importan.