SANTIAGO, Chile — De acuerdo a la Prensa Asociada, una treintena de personas –la mayoría indigentes– están hacinados en un pequeño templo evangélico en Chile y deberán esperar hasta el próximo lunes para ser trasladados a otro lugar, mientras esperan saber si fueron contagiados por un pastor infectado con el nuevo coronavirus.
El grupo, entre el que se encuentra una bebé de diez meses y una adulta mayor, está desde el fin de semana pasado en el templo, que no supera los 50 metros cuadrados, en la población Bajos de Mena, una de las más pobres de la populosa barriada de Puente Alto, en la periferia sur de la capital chilena.
Constanza Varela, de la municipalidad de Puente Alto, dijo el miércoles a The Associated Press que “a ellos se les ha hecho entrega de alimentación. Hay un bebé de diez meses al cual se le hizo entrega de pañales, también hay un adulto mayor que también necesitaba pañales”.
Además se entregó leche, yogur, elementos para limpieza, cloro, un cilindro de gas, medicamentos para el adulto mayor y retiraron los residuos que se generan al interior del templo.
Los vecinos del templo, aunque atemorizados por el brote de coronavirus que podría estar incubándose en el lugar, están colaborando con pan, agua y algunos alimentos.
“Van a hacer un lugar especial para trasladar a esta gente, pero el lunes nuestra preocupación ahora (es) que las cámaras (fotográficas y de televisión) se van (es). ¿Qué va a pasar ahora?”, dijo a la AP la dirigente vecinal, Jennifer Hinojosa.
Los hombres y mujeres participaron el viernes último en un culto en el templo, el mismo donde fueron acogidos por el pastor evangélico José Salgado, quien les proporcionó techo y comida allí mismo.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo en la víspera que el pastor que oficiaba la ceremonia estaba contagiado y lo sabía. “A pesar de eso, se hizo una ceremonia a la que asistieron 30 personas” dijo. Añadió que al término del culto “hubo abrazos y contacto de unos feligreses con otros… se hará una denuncia penal criminal para obligarlo a responder por los riesgos para la salud pública que eso significa”.
De ser encontrado culpable de romper una cuarentena o de participar en el rito a sabiendas de que estaba infectado, podría recibir una condena de 61 a 541 días de cárcel.
El doctor Pedro Verdugo, jefe de un centro de atención médica, precisó que “hay 28 personas que están en cuarentena, no hay ninguna persona confirmada con el coronavirus”.
El pastor permanece en una unidad de cuidados intensivos de Puente Alto. Su esposa, que también se infectó, está en una residencia sanitaria.
Chile, con 5.546 contagiados y 48 muertos, mantiene un par de decenas de ciudades y barriadas en cuarentena, incluido la mitad de Puente Alto, de 620.000 habitantes, en cuya cárcel se confirmaron 16 contagios. También hubo otros infectados en un hogar de ancianos.
El alcalde de Puente Alto, Germán Codina, se ha quejado de que el Ministerio de Salud no les indique quiénes están con el virus para poder ayudarlos e impedir que sigan contagiando. El ministro Mañalich advirtió que “de ninguna manera”.