Ciudad de México.- Ganar no siempre es un premio. A veces conduce a un castigo o a pagar una costosa factura, como lo han experimentado las selecciones triunfadoras en la Copa Confederaciones.
El que ningún vencedor de esta competencia haya ganado el siguiente Mundial hace pensar en una curiosa coincidencia, que ya es catalogada como maldición.
Desde 1992, cuando se jugó la primera Confederaciones llamada Copa Rey Fahd, en Arabia Saudita, se han disputado nueve ediciones.
Los ganadores son Argentina (1992), Dinamarca (1995), Brasil (1997, 2005, 2009 y 2013), México (1999) y Francia (2001 y 2003). Ninguno llegó al olimpo en el siguiente Mundial.
HISTORIAS MALÉFICAS. En 1992, la selección argentina se coronó en la Confederaciones y fue eliminada en octavos de final en la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.
Brasil presume en sus vitrinas cuatro trofeos del certamen maldito. Cuando la ganó en 1997 perdió la final ante Francia en la justa mundialista de 1998.
La verdeamarelha venció en las siguientes tres ediciones de la Confederaciones (2005, 2009 y 2013), pero sin consagrarse en ninguna de sus respectivas Copas del Mundo, incluido el 7-1 ante Alemania en 2014 que empaña su historia.
El mismo destino sufrió Francia. Campeona en la Confederaciones de 2001, decepcionó en Corea-Japón 2002, al ser eliminada en primera ronda.
En la actual Copa no participará Brasil, así que tiene esperanza de ganar su sexto título mundial en Rusia 2018.
EMBRUJADOS. El maleficio de Copa Confederaciones también alcanza a los futbolistas, sobre todo a los “10” brasileños.
Ejemplo de ello son Ronaldinho Gaúcho o “Kaká”, claves para que la selección amazónica ganara las Confederaciones de Alemania 2005 y Sudáfrica 2009, de manera respectiva, pero con una actuación gris en los siguientes mundiales.