Washington— Estadísticas preliminares que fueron dadas a conocer ayer por el FBI muestran que 27 oficiales fueron asesinados en la línea del deber durante el 2013, lo cual representa un decremento de más del 44 por ciento comparado con los 49 oficiales que fueron masacrados en el 2012.

Por región, 15 oficiales murieron como resultado de actos criminales que ocurrieron en el Sur; seis en el Oeste; cuatro en la parte Norte–Centro y dos en el Noreste.

Por circunstancias, siete oficiales fueron asesinados en emboscadas, cuatro durante ataques no provocados y tres debido a una trampa o situaciones premeditadas.

Cinco oficiales murieron de lesiones que sufrieron cuando atendieron llamadas en donde reportaron disturbios, tres de ellas debido a cuestiones domésticas, cinco oficiales participaron en situaciones tácticas.

Tres agentes sufrieron lesiones fatales mientras investigaban a personas o circunstancias sospechosas, tres perecieron durante revisiones o retenes de tráfico, tres oficiales atendieron robos que se estaban cometiendo o persiguiendo sospechosos de algún atraco.

Un oficial murió como resultado de una investigación.  Los ofensores usaron armas de fuego en 26 de las 27 muertes agravadas.  Eso incluyó 19 incidentes con pistolas, cinco con rifles, y dos con escopetas.  Un oficial pereció cuando usaron un vehículo para matarlo.  Se confirmó que 19 de los oficiales masacrados tenían puesto un protector corporal en el momento en que ocurrieron los incidentes.  Seis dispararon sus propias armas y tres intentaron disparar sus armas de servicio.

A dos de ellos les robaron su arma, un oficial fue asesinado con su propia arma.  Los 27 agentes murieron a consecuencia de las lesiones que sufrieron en 26 incidentes diferentes.

Veinticinco de esos incidentes fueron resueltos a través de arrestos o medios excepcionales.  Otros 49 oficiales murieron accidentalmente en la línea del deber durante el 2013.  Este total representa un oficial más de los 48 que murieron accidentalmente en el 2012.