30 segundos, 16 disparos, 400 días: El asesinato de Laquan McDonald
La noche del 20 de octubre de 2014, Laquan McDonald, un adolescente afroestadounidense de diecisiete años de edad de Chicago, iba caminando por la calle cuando dos patrulleros aceleraron en dirección a él. Algunos agentes se apresuraron a salir de los automóviles y al menos uno de ellos, Jason Van Dyke, abrió fuego. Laquan cayó al piso. Sus últimos y dolorosos instantes de vida fueron filmados por la cámara de un tercer patrullero que había llegado al lugar unos segundos antes. Laquan había comenzado a girar justo cuando recibió los disparos. Dos balas le impactaron en la espalda. Como puede observarse claramente en el video, las balas fueron disparadas directo a su cuerpo. Prueba de ello son las nubes de pólvora que se ven volar desde la acera mientras McDonald yace en el suelo. Esta semana, el mismo día en que el video fue dado a conocer a la opinión pública por orden judicial, se presentaron cargos por asesinato en primer grado contra el agente Van Dyke, 400 días después de haber matado a Laquan McDonald.
El escenario que declaró oficialmente el Departamento de Policía de Chicago (CPD) fue similar a tantos otros: el adolescente se encontraba armado con un cuchillo y arremetió contra el oficial Van Dyke y su compañero. Van Dyke, según sostiene la versión oficial, le disparó al muchacho con el único objetivo de defenderse a sí mismo y a su compañero de una agresión potencialmente mortal.
Medios de comunicación independientes lograron conseguir información que dio vuelta por completo ese escenario. Jamie Kalven es el fundador del Invisible Institute y es además un periodista independiente de Chicago. Kalven reveló el informe de la autopsia que muestra que Laquan McDonald recibió dieciséis impactos de bala e informó por primera vez acerca de la existencia de la grabación de video del tiroteo. Destacados medios de prensa procuraron obtener la grabación de video filmada por la cámara del patrullero en virtud de la Ley de Libertad de Información de Illinois, pero se les negó.
Brandon Smith es un galardonado periodista independiente radicado, como lo dice la biografía que figura en su blog, “donde sea que esté mi maleta”. Smith inició acciones legales contra el rechazo por parte del Departamento de Policía de Chicago de las solicitudes presentadas en virtud de la Ley de Libertad de Información ante el Tribunal del Condado de Cook. El juez Franklin Valderrama entendió en la causa y determinó que la ciudad debía hacer público el video antes del 25 de noviembre.
La filmación desmiente claramente la versión oficial. Justo un día antes de la fecha límite fijada para su divulgación, la fiscal estatal del Condado de Cook, Anita Alvarez, anunció que se imputarían cargos por asesinato en primer grado contra el agente Van Dyke. Pocas horas después, se dio a conocer el video públicamente.
Distintos ciudadanos han presentado entre diecisiete y veinte quejas contra el agente Van Dyke en el transcurso de sus catorce años de desempeño en el CPD por asuntos que van desde el uso excesivo de la fuerza y el uso indebido de armas hasta insultos racistas. Van Dyke nunca ha recibido medidas disciplinarias. Después del asesinato de Laquan McDonald y hasta esta semana, el agente Van Dyke no fue formalmente acusado de cometer delito alguno. En lugar de ello, continuó cobrando su sueldo y fue asignado a tareas administrativas hasta su arresto.
Ha trascendido ampliamente además que es posible que se hubieran destruido otras grabaciones de video. La policía ingresó a un restaurante Burger King cercano al lugar del asesinato poco después del tiroteo y pidió la contraseña para acceder al sistema de grabaciones de vigilancia. Los agentes se retiraron tres horas después. 86 minutos de filmaciones de vigilancia habían sido borrados. Según se supo más tarde, coincidían con la hora en que tuvo lugar el tiroteo. El gerente de distrito de Burger King, Jay Darshane, dijo a NBC: “No teníamos idea de que se iban a sentar a borrar los archivos. Me refiero a que nosotros simplemente intentábamos cooperar con la policía”.
Activistas han criticado especialmente al alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, que hizo un llamado a mantener la calma tras la divulgación del video. Charlene Carruthers, directora nacional de la organización Black Youth Project 100, me dijo en el noticiero de Democracy Now!: “La ciudad tiene intereses muy específicos en torno a lo que sucedió. Y temen por el mantenimiento de la paz en la ciudad. Pero lamentablemente es a la comunidad a la que se le está solicitando mantener la paz, no al Departamento de Policía de Chicago”.
El tiroteo tuvo lugar solo dos semanas antes de que Rahm Emanuel enfrentara una reñida contienda por la reelección. Varios meses después de haber sido reelecto, tras derrotar a un rival progresista, Chicago ofreció un acuerdo por cinco millones de dólares a la familia de Laquan McDonald, aún cuando la familia no había presentado demanda alguna.
Por otra parte, en Minneapolis, la indignación provocada por la muerte de otro joven afroestadounidense desarmado a manos de la policía suscitó una toma del espacio público frente al Departamento de Policía. Cientos de personas mantienen una vigilia pacífica en demanda de que los responsables rindan cuentas y de que se haga justicia para la víctima, Jamar Clark. La policía respondió a la vigilia con una demostración de fuerza paramilitar, con la clara intención de intimidar. El pasado miércoles, un agente fue fotografiado mientras vestía uniforme militar y apuntaba con su rifle a un manifestante que tenía las manos en alto. Resulta ser que el manifestante es el hijo del congresista de Minneapolis Keith Ellison, copresidente del Bloque Progresista del Congreso y primera persona de origen musulmán en integrar el Congreso en la historia del país.
Luego, en una impactante escalada, varios hombres blancos enmascarados fueron a la manifestación de protesta el lunes, abrieron fuego e hirieron a cinco activistas del movimiento Black Lives Matter en lo que se investiga como un crimen de odio. En respuesta, cerca de mil personas participaron de una manifestación en Minneapolis la noche del martes, la misma noche en que cientos de personas marcharon en Chicago contra la violencia policial.
A pesar de lo difícil de la situación, el congresista Keith Ellison, que se siente orgulloso de su hijo, tiene esperanzas: “Son cada vez más las diversas poblaciones que a lo largo y ancho del país tienen ansias de justicia y están demandando un trato justo. Debemos tener una sociedad más justa”.