Roberto A Nodal

Han pasado ya varios dias desde la primera vuelta electoral en el arriba mencionado país andino, y lo cual proyecta la imagen de una nación dividida en dos, entre el actual mandatario Daniel Noboa, del “Partido Acción Nacional Democrática,” y la candidata Luisa González, del grupo centro izquierda “Revolución Ciudadana,” del ex presidente Rafael Correa, actualmente exiliado en Bélgica. Los resultados fueron sorpresivos, mostrando un estrechisimo margen (de 44.3%- 43.8%) entre los dos candidatos, y los cuales ahora habrán de medirse en una segunda elección el próximo 13 de abril. Y mas sorpresivo aún considerando que el presidente Noboa había aparecido repetidamente como favorito en las encuestas y su equipo de campaña inclusive había impulsado la idea de que lograría la mayoría absoluta y sin necesidad de otra votación.

Inclusive, llegó a tener mas de un 70 % de aprobación. Sin embargo, ese grado de quizás excesiva confianza se vino estrepitosamente abajo luego que una serie de graves problemas se le fuesen acumulando. Quizás el de mas daño lo haya sido la crisis energética y que en mas de una ocasión ha mantenido Ecuador a oscuras. Durante cuatro meses hubo apagones de hasta 14 horas, y que han dejado a gran parte del país en una oscuridad total y a la vez creando perdidas millonarias. Y por igual el alto indice de homicidios que continua golpeando el país, y la cada vez mayor presencia de narco grupos que operan en la mayor impunidad, y sobre todo en la ciudad portuaria de Guayaquil, y la que se ha convertido en el punto de entrada y salida de la droga. Y ante lo cual el gobierno de Noboa parece haber mostrado una impotencia total. Y a lo que se puede añadir tropezones en el ámbito internacional, y roces con diversos paises, quizás el mas notorio lo haya sido la ruptura de relaciones con el gobierno del anterior presidente

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López Obrador, a raíz de un incidente en el cual la policia irrumpió violentamente en la sede de la embajada méxicana en Quito en busca de Jorge Glass, ex vice presidente durante el gobierno de Correa, y considerado como profugo de la justicia ecuatoriana por supuestos actos de corrupción. Vale recordar aquí también que el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en 2023 aceleró las condiciones para la elección del joven Noboa (cuyo padre es un poderoso empresario, considerado como el hombre mas rico de Ecuador) como alternativa a las tradicionales coaliciones ecuatorianas.

En medio de todo ese convulso panorama apareció en escena la la figura de Luisa González, abogada de 47 años, para convertirse en la candidata promovida por el grupo del ex presidente Correa, “Revolución Ciudadana.” González tiene 10 años mas que Noboa y quizás quiere demostrarles a los ecuatorianos que es mejor dejar su futuro en manos de alguien con mas experiencia. Y por igual de ofrecer una alternativa progresisista y frenar lo que considera como una deriva autoritaria de la nación por parte del gobierno actual. Ahora deberá de convencer a los votantes de segunda vuelta de que ella posee las condiciones necesarias para enfrentar los gravisimos problemas que encara el país y que requiere soluciones inmediatas. Y para lo cual deberá también sumar apoyos entre los votantes del lider Leónidas Iza, del Movimiento indigena “Pachakutik.” Señalemos que Iza quedó en tercer lugar en la primera elección, habiendo recibido 5.3 de los votos, en una extensa papeleta en la que participaron 16 candidatos, de los cuales 12 no superaron ni el 1%. Hasta ahora Iza se ha negado a respaldar a Noboa o González pero su apoyo se considera esencial para ambos candidatos, y sobre todo para González, la cual de triunfar bien pudiera convertirse en lo que sería la primera mujer electa como presidenta en la historia de Ecuador.

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Es de añadir que, curiosamente así, González llegó a la izquierda, al “correismo,” como muchos le llaman, por la vertiente religiosa. Según la candidata, se influenció mucho con las fuentes cristianas que divulgaba Correa; y eventualmente acabó en la administración publica durante su mandato. Su personalidad, sin embargo, dista mucho de la del ex presidente. Sus partidarios la admiran por eso mientras que sus criticos la acusan de ser tan solo un titere de Correa, y que éste tan solo se está valiendo de ella para lograr su reivindicación de la justicia ecuatoriana que aún lo sigue reclamando desde su actual éxilio en Bélgica. No obstante, e irrespectivamente de por el candidato por quien voten, los ecuatorianos habrán de decidir en abril si desean continuar con el programa del presidente Noboa o impulsar al país en una nueva dirección. En todo caso, es de esperar que las próximas elecciones transcurran en un ambiente de calma, orden y armonía, y que, cualquiera que sean los resultados, los mismas sean conducentes a un camino de paz y prosperidad para el pueblo ecuatoriano, en momentos en que es mas necesario. El futuro del país está ahora en manos de ellos.

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