Comcast anunció que tiene la intención de fusionarse con Time Warner Cable, uniendo así a los dos mayores proveedores de cable y banda ancha de Estados Unidos. La fusión debe contar con la aprobación del Departamento de Justicia y de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés). Dado el poderío financiero y político de Comcast, y el pobre desempeño del gobierno de Obama a la hora de proteger el interés público, es momento de defender nuestros derechos y organizarnos.
Michael Copps, ex funcionario de la Comisión Federal de Comunicaciones, me dijo pocos días después del anuncio de la fusión: “Se trata de un acuerdo de tan amplio alcance que debería descartarse apenas ingrese para su aprobación al Departamento de Justicia y a la Comisión Federal de Comunicaciones”. Copps fue comisionado de laFCC entre los años 2001 y 2011, uno de los períodos más largos de permanencia en el cargo en la historia del organismo. En la actualidad, dirige la Iniciativa por una Reforma de los Medios de Comunicación y la Democracia impulsada por la organización Common Cause. “Esta fusión significaría tener el equipo completo: banda ancha, emisión, contenido, distribución. Sería controlar el medio y el mensaje, las telecomunicaciones y también los medios. Significaría simplemente conferir un grado de control sobre nuestra infraestructura de noticias e información al cual ninguna compañía debería tener derecho de acceder. Y todo esto tiene lugar en un mercado en el que los precios al consumidor se incrementan cada vez más a la vez que la competencia se reduce cada vez más”. En el año 2011, cuando Comcast procuraba que los organismos de contralor aprobaran su propuesta de adquisición de NBCUniversal (NBCU), Copps fue el único de los cinco comisionados de la FCC que votó en contra.
Pero Michael Copps no es el único ex comisionado de laFCC con una opinión formada acerca de esta fusión. Meredith Attwell Baker se desempeñó en el cargo por un breve período comprendido entre 2009 y 2011. El Presidente Barack Obama la designó para mantener el equilibrio partidario que existe tradicionalmente en la FCC. Baker, que es republicana, fue ferviente partidaria de la fusión entre Comcast y NBCU. Sin embargo, sorprendió bastante cuando repentinamente renunció a su cargo como comisionada de la FCC y, adivinen qué, se fue a trabajar a Comcast como vicepresidenta principal para asuntos gubernamentales de la NBC Universal, sólo cuatro meses después de haber votado a favor de aprobar la fusión.
En lo que respecta a los reguladores, el sitio web de noticias Republic Report reveló que el responsable de la División Antimonopolio del Departamento de Justicia, William Baer, fue representante legal de NBC durante la fusión con Comcast, y que Maureen Ohlhausen, comisionada de la Comisión Federal de Comercio, prestó asesoría legal a Comcast antes de integrar dicha comisión. Si usted se pregunta qué piensa el Presidente Obama de todo esto, eche un vistazo a quién designó como nuevo director de la FCC: a Tom Wheeler, que durante años fue uno de los principales integrantes de grupos de presión tanto de la industria del cable como de la comunicación inalámbrica.
Free Press, una organización líder en políticas de los medios de comunicación en Estados Unidos, emitió un comunicado tras el anuncio de la propuesta de fusión. Craig Aaron, presidente de la organización, expresó: “Nadie se despertó esta mañana soñando que su compañía de cable fuera más grande o tuviera más control sobre lo que uno puede mirar o descargar. Pero eso, además de una factura más elevada, es la realidad a la que se enfrentarán mañana, a menos que el Departamento de Justicia y laFCC hagan su trabajo e impidan esta fusión”. Free Press espera que millones de personas expresen a la FCC y al Departamento de Justicia su desacuerdo con respecto a la fusión Comcast/Time Warner.
En el Congreso, uno de los más fervientes opositores a la fusión es alguien que verdaderamente conoce un poco acerca de la industria de la televisión, el Senador de Minnesota Al Franken. Franken se dio a conocer a nivel nacional cuando trabajó como comediante y escritor en las primeras temporadas del programa “Saturday Night Live”, de la cadena NBC. Es claro que la posibilidad de una Comcast más grande no le hace mucha gracia. “Me preocupan las facturas de cable de los consumidores. Se trata del principal proveedor de cable del país, Comcast, que adquiere al segundo principal proveedor, Time Warner. La competencia que hay en el sector tal cual está no es suficiente y me preocupa lo que esto puede provocar en las facturas de cable de los consumidores. ¿Van a recibir un servicio peor del que ya reciben? ¿Van a tener menos opciones? Ayer envié una carta a los reguladores federales para que consideren estos temas y les expresé mis serias preocupaciones”. En una carta dirigida a la FCC, al Departamento de Justicia y a la Comisión Federal de Comercio, Franken escribió “Las tarifas del cable se han incrementado significativamente durante los últimos veinte años y mis electores expresan su frustración con respecto a las facturas de cable inaceptablemente altas que reciben cada mes. Muchos consumidores cambiarían de proveedor de cable si tan sólo tuvieran una alternativa viable para hacerlo”.
Este intento de fusión coincide con una nueva batalla por la llamada neutralidad en la red, las normas básicas que regulan el funcionamiento de Internet, especialmente en lo que respecta a si los proveedores de servicios de Internet como Comcast y Time Warner, AT&T y Verizon deberían poder o no favorecer a algunos sitios web en detrimento de otros. ¿Tendrían que existir normas que permitieran a la gente acceder al sitio web de una pequeña organización de derechos humanos de Rusia o de un grupo de activistas de Occupy en Nueva York de igual manera que a los sitios web de, por ejemplo, Wal-Mart o la Asociación Nacional del Rifle? Entre los activistas a favor de una Internet libre aumenta el temor de que el sistema regulatorio de Estados Unidos, comprometido con los grupos de presión y las empresas donantes, renuncie a la defensa de la neutralidad en la red y genere lo que Michael Copps llama “la cableización de Internet”.
El pueblo se ha opuesto en el pasado a otras fusiones monstruosas y las ha impedido. También se ha enfrentado a los intentos de las grandes empresas de sofocar el derecho fundamental a una Internet libre. La libertad de expresión, la libertad de conexión y de comunicación son la sangre que corre por las venas de la democracia. La lucha por conservar y expandir la diversidad y la vitalidad de nuestros medios de comunicación no puede ser abandonada, ni dejada en manos de reguladores comprados o de grupos de presión del sector empresarial.