SAN JUAN (AP) — Las autoridades federales anunciaron el miércoles que aclararon el asesinato de un directivo bancario de Nueva Jersey cometido hace más de seis años en una autopista en Puerto Rico, un hecho de gran repercusión en su momento.

Presuntos narcotraficantes le dispararon a Maurice Spagnoletti en junio de 2011 porque investigaba transacciones bancarias irregulares, dijo la fiscal federal Rosa Emilia Rodríguez a The Associated Press. Spagnoletti se había mudado a Puerto Rico con su esposa ocho meses antes para asumir la vicepresidencia ejecutiva del Doral Bank, donde había empezado a cuestionar sus prácticas contables.

Seis hombres enfrentan cargos en el caso, entre ellos cuatro acusados de homicidio. Cuatro de los sospechosos estaban presos bajo otros cargos y los dos restantes fueron arrestados en sus domicilios en el norte de la isla el miércoles por la mañana, dijo Rodríguez. Los seis podrían ser condenados a muerte.

Rodríguez dijo que uno de los sospechosos, Rolando Rivera, poseía una empresa de aseo que había recibido millones de dólares bajo un contrato de mantenimiento con el banco. Spagnoletti canceló el contrato durante su investigación porque el monto le pareció “extravagante”.

“Usaban a la compañía como vehículo para el lavado de dinero”, dijo la fiscal. “Spagnoletti se convirtió en un estorbo, por eso lo hicieron matar”.

Desde entonces, el Doral Bank ha sido adquirido por el Banco Popular de Puerto Rico y otros. Antes de mudarse a la isla, Spagnoletti había trabajado en Carolina del Sur, Indiana y Pensilvania.

Los sospechosos acusados de homicidio fueron identificados como Rivera, Luis Carmona, Yadiel Serrano y Alex Burgos. Se acusó a Alan Lugo y Fabiany Almestica de complicidad. No estaba claro si contaban con abogados. Las autoridades dijeron que los sospechosos son miembros de una organización responsable de al menos otros dos asesinatos.

Rodríguez se negó a revelar el monto del contrato y otros detalles que, dijo, serán parte de las pruebas a presentar en el juicio. Pero dijo que el dueño de la empresa de aseo era a la vez el jefe de un grupo de santería que los presuntos narcotraficantes empleaban para proteger su organización. Dijo que los sospechosos usaban amuletos y realizaban ceremonias religiosas antes de cometer sus crímenes.

La investigación del caso Spagnoletti aún no ha concluido, añadió la fiscal, “porque creemos que hay otras personas que podrían estar implicadas, y vamos por ellas”.